La Ciudad de los niños
Fano, 1991
El proyecto "Ciudad de los Niños" nació en Fano en mayo de 1991 con un propósito político específico: promover el cambio del parámetro de gobierno de la ciudad, empleando al niño, en lugar del adulto trabajador que viaja en automóvil.
Los niños realizan un papel activo en el proceso de cambio, participando activamente en el gobierno y planificación de la ciudad y recuperando el espacio urbano.
El proyecto tiene como interlocutor natural al alcalde y su concejo ya que todos los sectores de la administración están interesados e involucrados en su transversalidad.
Las motivaciones
La literatura científica, incluso desde una matriz diferente (psicológica, sociológica, urbanística), nos proporciona la imagen de una ciudad cada vez más inadecuada para responder a las necesidades de los ciudadanos.
La lógica de diferenciación y especialización de funciones, que ha guiado la transformación urbana en las últimas décadas, ha acabado por fragmentar la ciudad en lugares separados, haciéndole perder su carácter original de lugar de encuentro e intercambio social. En esta nueva dimensión, que debe corresponder principalmente a las necesidades de un ciudadano adulto y trabajador, el automóvil se convierte en el gran protagonista: ocupa los espacios públicos, contamina el aire, y mata a un gran número de personas.
El entorno urbano se percibe como peligroso y los niños pierden la oportunidad de moverse solos en su ciudad para vivir experiencias como la exploración, la aventura, el juego necesarias para su adecuado desarrollo cognitivo, emocional y social.
Sin embargo, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y ratificada por Italia con la Ley 176/1991, reconoce el derecho de los niños a jugar (Art. 31) y el derecho a un nivel de vida que permita su desarrollo físico, mental y espiritual (Art. 27).
¿Por qué cambiar la ciudad a través del niño?
Los niños participan activamente en el proceso de cambio de la ciudad y en la relación entre la ciudad y los ciudadanos, porque son “competentes”. Desde Piaget hasta Bruner, por nombrar los más conocidos, los estudios coinciden ahora en afirmar que el desarrollo cognitivo del niño ocurre desde el nacimiento.
El niño nace "competente" e inmediatamente tiene nociones, valores y criterios de evaluación que orientan su experiencia (Juul, 2001) y que paulatinamente se irán ampliando y haciendo más complejos a través de la experimentación con el mundo circundante. Desde el principio, son seres sociales, colaborativos, dispuestos y capaces de comunicarse.
En la perspectiva de una "Nueva Sociología de la Infancia", los niños son sujetos activos, capaces de influir y ser influenciados por el entorno en el que viven, capaces de interpretar sus necesidades y expresarlas (para más información ver Satta, C. (2018) ). Niños y adultos: la nueva sociología de la infancia (Carocci Editore).
Por tanto, es a través de sus ojos que podemos ver una ciudad mejor, y repensar un contexto urbano más adecuado para ellos y para todos los ciudadanos. Escuchar a los niños significa precisamente dar voz a las necesidades de quienes han sido "subestimados" en la concepción de la ciudad, significa abrir un punto de vista innovador para restablecer una nueva ciudad sobre lógicas y equilibrios diferentes.
Para conocer más sobre el proyecto, visite el sitio web oficial del proyecto "La ciudad de los niños"